Reinventarse

Muchos dogmas han caído y siguen cayendo en el desarrollo de nuestro paso por la tierra. ¿Cuántos siglos vivieron nuestros antepasados creyendo que la tierra era plana? ¿Cuántas elucubraciones científicas nos habían demostrado de que no éramos capaces de regenerar células o aliviar cuerpos enfermos?

Por razones que escapan a mi interpretación, últimamente he dado con muchas películas futuristas: Lucy, The Strange, Limitless, Trascendence, Cloud Atlas, por mencionar algunas.

Todas tienen un denominador común: las posibilidades del ser humano de llegar mucho más allá de lo que cree que su mente permite. También guardan similitud en utilizar las nuevas teorías de la física cuántica, los universos paralelos y la teoría de la unidad.

Todo lo anterior no son más que pruebas fácticas de lo que se nos ha dicho desde culturas ancestrales -que algunos lo identifican con la mística y las religiones,- o con las ideas cada vez más aceptadas de que somos unidad, de que nuestra creatividad no tiene límites y que debemos aprender a enfocar nuestros pensamientos y sacar la basura mental que nos impide evolucionar más rápido. Hablo de ciencia ficción llevada a la pantalla. Pero ¿qué tal que tuviéramos todas esas capacidades que nos muestra la ficción? ¿Probamos?