RAZONES El problema es el sistema

Esta frase encierra muchas verdades. Entremos en ella y descubramos que hay un sistema perverso de educación, sobre todo en la etapa infantil, que acentúa la conductualidad y la memorización, para repetir como loros, antes que promover la cognitividad que propicie la investigación y la construcción del propio conocimiento. (Por eso somos tan poco innovadores o creemos mucho más en lo que nos dicen que en el propio esfuerzo por comprobar).

Y ni qué decir del lucro bancario, el atajo malicioso, ser avivato solo por aventajar al otro, robar sin que me pillen, y muchas otras erróneas justificaciones provienen de la falsa educación.

Veamos con detenimiento:

Si los valores nos fueron infundados desde temprana edad producto del miedo a un inexistente infierno y basados en que solo vivimos esta existencia, el individuo deduce que puede hacer lo que quiera por conseguir riquezas y disfrutar como sea (Aunque sepa que nada físico o material se va a llevar cuando desencarne) y pasa por encima del que sea porque para él solo vivirá esta existencia. Y, además, se somete al supuesto dolor del figurado infierno como una burla, pues sabe su espíritu que tal infierno no existe.

Y no es que haya “otra vida” después de esta de contemplación y quietud como lo dicen los dogmas. Es que la vida es eterna y continuada y demuestra la acción permanente del espíritu.

La actual existencia es el resultado de las miles anteriores y de aquí en adelante vienen más, porque es el mecanismo matemático y perfecto con que la ley de justicia impone fatalmente el imperativo de amar; porque “si odias tendrá que amar”, dijo el sabio. Y también dijo “ama a tu hermano”. ¿Entonces? Si en esta no, en las siguientes tendrá que ponerse al día con los que actuó erróneamente. ¿Ahora sí entendemos por qué es mejor que tengamos más oportunidades como espíritus encarnados? Para ponernos al día.