El alma está en el cerebro
El título me lo robé de un libro del divulgador científico español Eduard Punset, que estudió Derecho, Economía, fue político y ahora averigua qué pasa en las sociedades, nuestra biología, el cosmos, las nuevas tecnologías, etc. Tiene 81 años.
“El artilugio que llevamos dentro”, como llama al cerebro, guarda lo esencial de nuestros antepasados, pero también nuestras emociones, recuerdos, experiencias. El cerebro es física, es química y su consecuencia son las ideas que transportamos y que determinan nuestra vida.
El alma fue durante siglos administrada por un señor castigador, que lo único que estaba esperando era nuestra muerte para pasarnos la cuenta de cobro. De ahí surgieron los miedos, los secretos, la dominación, esa forma de ver la vida en la que había que esperar a poner el espejo para cerciorarse de que no se respiraba, para tener calma, para tener paz. Parece que muchas creencias nos dejaron el cerebro vacío.
Luego vinieron la psiquiatría y la psicología en su primer desarrollo, a decirnos que éramos reprimidos, pero que teníamos que seguir reprimiendo nuestras emociones. Resulta que no, que podemos transformar nuestros cerebros y nuestras vidas si higienizamos nuestros pensamientos y aprendemos no solo a pensar diferente, sino a utilizar esa plasticidad que tiene nuestro “coco” superior.
Punset nos regala un listado de nuevas competencias que debemos aprender para crecer como almas, para vivir mejor, para ayudar a cambiar el planeta. Ojalá se enseñara en los colegios.
Mindfulness, poder de atención y relajación.
No es suficiente ser bueno en lo que se hace. El futuro es multidisciplinar.
Empatizar con las emociones de los demás.
Actualizarse en lenguaje digital.
Tener más intuición y menos Estado.
