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Conversaciones con el alma

“Hace poco en una tarde de amigas, alguna me dijo que quería volverse más espiritual. Ante este comentario quedé en silencio y con más preguntas... La tarde continúo, café y conversaciones con el alma. Mi respuesta a su comentario hoy es esta… Ya eres un ser espiritual. Siempre lo has sido. ¿Podrías por un instante percibirte sin esa esencia que trasciende todos tus roles, personalidad, cuerpo y emociones?

El ser espíritu que eres está esperando encontrarte. Cualquier camino espiritual o religiosos que te aleje de tí misma y ponga tu poder en otros evalúalo con cuidado. Puedo decirte que una vez logres abrazarte con infinito amor la búsqueda de querer ser ‘Espiritual’ termina.

Amiga, el abrazo a tu Ser es la puerta de entrada a encontrar tu verdad. Levántate al amanecer a escuchar el canto de la noche que se despide y te introduce en tu propio silencio, es el mejor despertar espiritual . Amar tu vida es el acto más hermoso de esta creación. Reír, disfrutar, respirar, abrazar, ver atardeceres, tomar una copita, bailar honrando tu propio movimiento, hacer el amor con total presencia en tí, servirle a la vida con consciencia a través de tu trabajo, y vivirte en el fluir de tus emociones es el camino de un Ser que va al encuentro de su dimensión más espiritual. La espiritualidad es vivirte en la totalidad de lo que eres, con gratitud, amor y asintiendo a lo que es en tí. Cada práctica que te lleve a la conexión contigo misma es una ayuda. No pretendas nada que ya eres TODO”...


Este corto relato lo encontré en la cuarta entrega de la revista impresa de la Fundación OkFuturo de cuyo comité editorial hacen parte Claudia Castaño, Gerardo Calderón Patricia Salazar y Orlando Parra G., quienes han logrado darle a sus páginas una textura infantil y proporcionado un contenido de emociones blancas propias de los niños y de expresiones del alma de personas ya formadas culturalmente que escriben en el cuadernillo.

Dicho relato con espacio apenas de columna y titulado con un verso como dedicatoria : “Con gran amor”, aparece colgado de un crédito que es nombre propio tan delicado como el pétalo de una rosa: Patty Salazar Ruiz.

Su imagen ilustrando el texto luce de mirada y sonrisa como la luz de humanas dimensiones. Parecía estar esta autora bañada en las fuentes filosóficas de Krishnamurti y de Gibran. El primero con el propósito de la meditación y el segundo con la filosofía espiritual. Pues señores, una mujer con este diseño de personalidad era necesario buscarla para incendiarme con su fuego espiritual.

¿Pero dónde estaba? ¿En qué lugar medita y predica amor? Miré a mi alrededor y no la veía, mas sentía la influencia de su personalidad espiritual a través de la apreciación de la estampa ilustrativa del artículo aparecido en la revista OkFuturo.

Ya en su exposición había encontrado la exacta correlación entre pensamiento y lenguaje, puesto que quien piensa bien se expresa bien, según Jaime Bernal Leongómez. No era para quedarme pasmarote ni mucho menos en vilo. Me era imperativo salir a buscarla. Lo hice.

No la veía por aquí ni por allí. Voces de hadas amigas me dijeron que se encontraba a más de 13 kilómetros del centro de Pereira: en el Liceo Pino Verde, ese cielo escondido que tiene la ciudad para la educación de niños, niñas, bajo la mirada de preceptores quienes prácticamente viven allí haciendo pedagogía y al mismo tiempo beneficiarse de esa gloria de tantos niños inocentes.

Aunque se dice que todo cielo tiene su escalera para alcanzarlo, fui motorizado pues tenía afanes del corazón.


Su presencia Cuando la tuve frente a frente cual es, pude darme cuenta que la foto que le habían tomado para ilustrar la columna le capturó hasta el alma reflejada en una fisonomía bien ilustrada. Su espíritu me envolvió inmediatamente y la empatía nos llevó al diálogo: “No me defrauda para nada”- le dije- y ella me solicitó que me sentara y me sintiera en confianza: “Mejor así porque en la comodidad sí que nadie se siente defraudado”, apuntó seguidamente. Estábamos en su oficina modesta como un retal y de una me precisó: “Vea usted que no tengo cargo alguno aquí en el liceo”.

Sin embargo es cofundadora del prestigioso centro educativo con Estella Ríos que enseña a los niños con la actitud de Gabriela Mistral.

Ambas fueron autoras del proyecto del Liceo Pino Verde que terminó abriendo sus puertas y aulas a 35 niños matriculados, por allá en el año de 1996, y hoy 35 años después cuenta con más de 900 alumnos.

La sede inicial fue en Quimbayitas, casa que fuera del doctor Ricardo Eastman , socio inicial de la institución.

Es un colegio que recibe niños desde los dos años de edad, preescolar hasta el grado once. Tiene más: tres megacolegios en concesión en Cartagena, Santa Marta y la ciudad de Soledad en el departamento del Atlántico.


El IDIOMA

Para hablar con la señora Salazar Ruiz sobre temas trascendentales es necesario tener el idioma de los ángeles. Lo consigo y escucho su voz amorosa: “La espiritualidad es algo que se logra, es el camino hacia uno mismo, es la condición de la persona”. Es que según me confiesa nació haciéndose preguntas y empezó desde muy temprana edad la exploración de los caminos espirituales. “Crecí haciéndome preguntas espirituales”. Se vuelve aún más trascendental al señalar que “no hay nada tan espiritual como el amor a la vida”.

Y parece estar de acuerdo con Krishnamurti cuando dijo: “solo cuando hay amor pueden resolverse todos los problemas y así conocemos su felicidad y su bienaventuranza”. Krishnamurti nació en la India colonial. El espiritualismo de Patty es de muchas corrientes y mundos ancestrales: “Nada de absolutismos y fundamentalismos” enfatiza mientras recomienda “viajar a la verdad que está en ti”.


La fuerza

Aquí habla con la fuerza de su espíritu para contar que es la hija de Samuel Eduardo Salazar y Marta Lucía Ruiz que la hicieron con sus discusiones filosóficas e interrogantes existenciales. Elogia a su progenitora: “Mamá, mujer siempre presente en el hogar y con los hijos”. Le gusta navegar en los mares del misterio y se cuestiona permanentemente. Ha publicado libros de poesía y ha ofrecido talleres de desarrollo humano: “espacio de amor para ser mejores seres humanos”. Desarrolló un proyecto de líderes para la paz con niños, profesores y padres de familia del barrio Mandela de Cartagena.

Cuando la enfrento con el amor erótico subraya que es amada por lo masculino y lo relaciona con el amor de su esposo y padre de sus tres hijos, Diego López. “Para ellos todo el amor y lo que soy. Los amo y les respeto el destino”.


Esta educadora, escritora y psicoterapeuta pereirana hace danza y practica yoga. Hace poco tiempo participó en un retiro de meditación a través de la danza en el desierto de Nuevo México.

De pronto Patty me toma con respeto de la mano y me lleva por las instalaciones del liceo, espacios de verde verde y de aulas sin puertas ni ventanas porque a los inocentes y a los ángeles no se les ponen barreras y obstáculos ni en el cielo ni aquí en la tierra.

En un salón ambientado con música de Beethoven sobre cojines y almohadas de plumas encontramos haciendo la siesta, sueños profundos, a niños casi bebés y párvulos, angelitos menores de travesuras grandes que tiene el colegio. Da cuenta de un nuevo proyecto para ampliar más este cielo y así contar con un mayor número de alumnos.

Cuando dejé a mi personaje me sentí tan contagiado de su enorme espiritualidad que regresé a mi sitio habitual aquí en el periódico sintiéndome mejor y más feliz, palabras estas que hacen una oración completa del orador, poeta y pintor libanés Khalil Gibran: “Derrama amor donde quiera que vayas, ante todo en la propia casa, no dejes que nadie se acerque a ti sin que se despida sintiéndose mejor y más feliz. Sé la expresión viviente de la bondad de Dios: bondad en tu rostro, bondad en tus ojos, bondad en tu sonrisa, bondad en tu cálido saludo”.


Publicado en: http://www.eldiario.com.co/seccion/CRÓNICA/conversaciones-con-el-alma-1610.html



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