He decidido ser feliz a tener la razón. Me hace libre
A propósito de los actos de violencia cotidianos, que van desde grescas por intolerancia hasta masacres por “convicciones de vida”: matemática de coquito, más por más da más: La violencia por violencia da más VIOLENCIA. No es de cobardes, no es de miedosos, colocarla otra mejilla; es un acto de amor incondicional; amor a sí mismo y a los otros. No es una frase de cajón cuando se es y se actúa conscientemente, cuando se está despierto, cuando se decide vivir en la verdad, en el mundo real, no en el creado por nuestros egos que nos llevan a la irracionalidad, a la ignorancia infinita, a actuar en la irrealidad.
Cada uno de nosotros, como iguales que somos, vivimos un proceso unipersonal, indelegable e intransferible de aprendizaje hacia el despertar de la consciencia, despojándonos de los egos, aligerando nuestras cargas y viviendo en y por el amor incondicional. Existen vivencias de otros que nos sirven de ejemplo y nos ayudan a acortar camino en este proceso del despertar. Y este en mi criterio es el papel fundamental de Ia educación. Y no desde el discurso sino desde el ejemplo.
Educar desde el ser para el saber; no desde el saber para ser. No desde la razón sino desde el corazón. No desde la obligación sino desde la convicción. Trascender el rol de docente hacia el rol de maestro. Superando metodologías uniformes y universales favoreciendo la re-creación de la cotidianidad.
Recobrando la sencillez y simpleza del sentido común que lleva al conocimiento puro, pertinente y significativo. Es facilitar los ambientes para que los seres humanos sean felices, estén bien consigo mismos, con los demás y con el entorno. Seres humanos que se retan a si mismos, se respetan a sí mismos, que son fieles a sus convicciones, que son honestos consigo mismos. Es más simple de lo que los egos nos permiten ver. Es tan sencillo como entender y aceptar que es mejor estar bien que tener la razón, y de esta manera superar las barreras que nos llevan a violentar al otro por el mero hecho de hacerme valer por lo que represento y no por lo que soy.
